17 de diciembre de 2013

El Calendario de Adviento





Hay cosas que las mamás hacen y que a veces rayan en lo absurdo. Nosotras lo sabemos. Nadie puede entender esto si no es mamá. Incluso ni siquiera los papás, por más que intenten ponerse en nuestro lugar. Pero tenemos nuestras razones para actuar de esa manera. No son excusas, son razones. Muy nuestras, eso sí. Llamenlas como quieran. Virtudes que nacen del espiritu maternal, conexiones emocionales o sencillamente, parte instintiva del ser madre.

La otra noche estaba cenando con mi hijo y comenzamos a hablar de la navidad. Coversabamos específicamente del Calendario de Adviento, que aquí en Alemania es una de las cosas más esperada por los niños, bueno y por algunos grandes también. Es un calendario de "cuenta-atrás" desde el 1 de diciembre hasta el el 24 de diciembre, que es Nochebuena. Cada día hay una sorpresa, y con cada sorpresa representa un día menos para la llegada del niño Jesús.

Lucas y yo estabamos allí hablando de eso, cuando saltó está conversación:

-Mamá yo quiero tener un calendario muy especial este año
-Claro, lo vas a tener
-Prométeme que este año me regalaras el calendario que yo quiera
-Lo prometo Lucas

Y fue así como, al terminar la frase, cayó la soga sobre mi cuello. Justo en ese momento, cuando ya lo había dicho, supe en lo que me estaba metiendo. Resulta que el calendario que prometí regalar -sin saberlo- era el de la Guerra de las Galaxias. Ustedes me dirán que tiene que ver Darth Maul o el Maestro Yoda con la navidad. Pues lo mismo me pregunto yo. 

La Guerra de las Galaxias en navidad es lo más parecido que puede haber al Grinch: "La soledad no me molesta, pero hay una cosa que me destroza la paciencia, los villancicos que la gente del pueblo entona en Navidad".  Así y todo,  el primero de diciembre aparecí con mi Calendario de Adviento de la Guerra de las Galaxias. Es absurdo, lo sé. Pero lo había prometido. Y para mi la palabra empeñada es una cuestión de honor. 

Quiero enseñarle a Lucas a tener confianza en la palabra del otro. A creer en las personas, en mi, en el amigo, en el maestro. Estoy convencida de que la confianza proporciona seguridad, optimismo, bienestar, nos hace más fuertes, más libres y también mejores. Depositamos nuestra confianza en el otro porque sabemos que no seremos defraudados y porque también sabemos que el otro confía en nosotros. Así se establece una relación de mutua confianza y respeto.